Hemos visto que la imagen fotográfica, por ejemplo, es una representación de la realidad, nada es lo que ves, son imágenes que representan lo que vemos, muchas veces como ya dije en alguna entrada, manipuladas por el creador de dicha representación.
Ahora yo me pregunto: entonces ¿hasta que punto la realidad que pensamos, como tal, es también una representación?; pensamos en palabras que no son otra cosa que otra representación de lo "real". Todo ello me hace pensar en ¿qué realidad les "venderemos" a los niños en la escuela?, al final les mostramos representaciones que hace la maestra o maestro, en definitiva los adultos. Tenemos nuestra propia visión de lo que es real y de lo que no ,y hablamos de ello como verdades absolutas, muchas veces sin dejar que los niños se desarrollen en sus propias representaciones, llamemoslas reales.
La reflexión que hago de ésto, tiene como objetivo trasmitir a futuros maestros y adultos que "juegan a ser mayores", que nosotros también hacemos representaciones de la realidad mediante nuestro pensamiento y que no tiene porqué ser la representación que hace un niño, por tanto pienso, que deberiamos dejar nuestro "*ego humano" a un lado y dejar que cada cual represente la realidad mediante su propia experiencia, procurando evitar interferencias o "contaminación" de otras interpretaciones ya obsoletas, minando la libertad de los pequeños.
Yo, como otros muchos digo: ¡Enseñemosles a ser críticos con lo que ven y viven!
*Agustín de la Herrán*
No hay comentarios:
Publicar un comentario